10 may 2015

¿Y si le damos la vuelta?

"Lo único constante es el cambio" es una de las frases que más ha calado en mí, puesto que pone en manifiesto que uno nunca sabe lo que está por venir; que siempre habrán sorpresas, algunas buenas y otras no tanto, que generarán una dirección que no nos habíamos propuesto. No hay nada "seguro" en la historia de cada uno, pero creo que eso es lo interesante de la vida, ¿no?

Hace unos meses empecé a trabajar en docencia, algo que jamás me había imaginado, y hasta ahora es una de las experiencias más reconfortantes que he tenido, porque ser profesor es más que solo colgar un material y poner una nota; es involucrarse académicamente con el estudiante y velar por su bienestar intelectual, el cual se ve influenciado por problemas en el hogar, imprevistos personales, temas de atención... Hay que ser medio psicólogos y tener desarrollado un buen gobierno emocional para poder guiar adecuadamente a los chicos. Yo quiero brindar otro tipo de metolodogía que trascienda sobre los anticuados, sino qué fácil sería. Hay que ganarse bien los frejoles pues.

Sé que muchos estarán pensando: "¿Esto qué tiene que ver con moda?" Pues he podido observar que muchos colaboradores, ya sean seniors o juniors, con los he trabajado estos años no suelen aceptar las críticas de una forma adecuada. Obviamente, cada una de ellas ser objetiva y ser respetuosa, sobre todo, porque uno no ataca a la persona, sino al problema, lamentablemente la gente tiende a tomarlas de una forma personal.

Contextualizando la situación, recuerdo el siguiente caso: una vez que un lector le escribió a un blogger aconsejándole, en buena onda, que haga hincapié en la ortografía de su bitácora virtual; no obstante, el autor lo tomó como un insulto y le respondió de una forma inadecuada al usuario. Este es uno de los errores más frecuentes que he podido percibir en el tiempo que ando "bloggeando" en el ciberespacio y más allá. Nosotros nos debemos a nuestros lectores y si alguno brinda una crítica constructiva para ser mejor, ¡excelente!

La vida da vueltas, por ello es mejor sonreír y seguir adelante con ella.