Algunos consideran que el negro está -y estará- siempre de moda; otros, que es un color aburrido porque no hay 'vida' o que adelgaza porque no genera sombras. Sea el significado que le den al color, en base a la semiótica, hubo un diseñador que le dio un enfoque interesante, convirtiéndolo en su sello distintivo, algo que definitivamente es muy importante en el mundo de la moda y en cualquier aspecto de la vida, hablo de Omar Valladolid.
El día 1 tuve la oportunidad de asistir al Lif week y pude observar los desfiles de los nuevos talentos, los cuales son bastante prometedores; cada uno con un estilo y una puesta en escena totalmente diferentes. A mí me encanta la innovación porque, conversando con un amigo blogger, si nos damos cuenta, en el mundo de la moda, todo ya está creado; pero lo que genera un plus es una colección es, justamente, un concepto bien concebido, la coherencia en las prendas, acabados, cortes... y es sobre lo que quiero comentar en este post.
De la colección de Omar, lo que me llamó la atención es que, a pesar de que todas las prendas eran negras, ninguna era igual. En las fotografías podemos apreciar la diferencia en los materiales (algodón, cuero, etc.) y las confecciones, tales como: cuello de tortuga, trend coach, prendas oversize... en un estilo militar y/o minimalista que definitivamente conectó con el maquillaje, peinado y puesta en escena, donde los modelos se convirtieron en un personaje gótico con mil historias por contar.
Créditos fotográficos: Tino Vargas Photography
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