La semana pasada tuvimos la oportunidad de asistir a un seminario de moda y branding organizado por la UPC, en el cual se tocaron diferentes temas, desde la comparación entre el arte y la moda hasta las estrategias de venta que diversas marcas en el mercado emplean para que los clientes compren su producto y es, justamente, sobre este último punto en el que quiero hacer énfasis para este post.
Todos conocemos la marca Zara; sus precios, su variedad y su 'gran' calidad. Pues, como verán, este fue el clímax del seminario porque varios bloggers tenían una opinión interesante sobre una estrategia, calificada como manipulación de los 'sentimientos de los compradores', que una compañera blogger calificó como '(...) fue horrible'.
Todos los que hemos ido a Zara a ver, o a pasear, casi siempre hemos salido con una bolsa en la mano, pero ¿se han preguntado el porqué? La razón el simple: Como la marca posee grandes distribuidores y confeccionadores en todo el mundo, constantemente están actualizando sus productos; semanalmente, si fuéramos exactos. Es decir, son limitados o 'exclusivos'. Asimismo, el precio juega un rol importante porque al ser más accesible que la mayoría de tiendas del Jockey, los compradores se sienten bastante atraídos por algo 'nuevo, bonito y barato' y ¡pum!, se logra la compra.
"Cuando estuve viendo algo para mi hermano, terminé comprando zapatos para mí. No podría con mi genio, siempre hay cosas nuevas y no puedo evitarlo; era horrible".
Es cierto que la compra se ha convertido en toda una experiencia, pero hay que tener cuidado de no gastar más de lo que pensamos, en especial cuando se trata de ropa.
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